Laboratorios Pepanpi es un laboratorio de seguridad alimentaria que ofrece consultoría a empresas del sector agroalimentario con respecto al cumplimiento legal de las exigencias Sanitarias y Ambientales. Pepanpi colabora con la Universidad Europea del Atlántico desde hace 4 años en un ambicioso proyecto de diseño y elaboración de productos funcionales de segunda generación. El proyecto de investigación se concreta entorno al pan funcional como uno de los mejores y más accesibles alimentos funcionales. Es sin duda uno de los proyectos de I+D mejor planteados en beneficio del desarrollo tecnológico y la innovación.

Alimentos funcionales - Método Pepanpi

Los alimentos funcionales

El concepto de que la comida puede ser nuestra mejor medicina no es nuevo y ha estado siempre en un primer plano debido a la importancia que se le ha dado a la dieta sana en relación con la prevención de enfermedades. A lo largo del siglo 20, la importancia que se le ha dado a la dieta en el ámbito científico ha ido centrándose en diferentes aspectos de la salud, no poniendo siempre el enfoque en los mismos problemas de salud pública.

Los alimentos funcionales son aquellos a los que se le añaden algún tipo de nutriente con el objetivo de conseguir un efecto positivo en el organismo. La finalidad del alimento funcional suele ser la de mejorar la salud y reducir el riesgo de contraer enfermedades.

El término en si no tiene una definición universal aceptada y el concepto de alimento funcional tal como se le concibe hoy, surgió en Japón en los años 80. El ministerio de salud de ese país puso en marcha un programa para tipificar y documentar determinados alimentos con beneficios para la salud. Su esperanza era la de mejorar la salud de las personas mayores en un país con un continuo envejecimiento de la población. A los alimentos en cuestión, se les etiquetaba como productos con el sello FOSHU (alimentos con beneficios positivos sobre la salud) y dicha categoría, vigente hoy, solo se obtiene tras un riguroso procedimiento de selección y evaluación clínica.

Según la Comisión de Acción Concertada sobre Bromatología Funcional en Europa (FUFOSE), se establece que un alimento puede ser considerado funcional si, más allá de su valor nutricional intrínseco, ha demostrado satisfactoriamente tener un efecto beneficioso sobre una o más funciones selectivas del organismo, de tal modo que resulta apropiado para mejorar el estado de salud y bienestar y/o para la reducción de riesgo de enfermedad.

Alimento funcional de segunda generación y Método Pepanpi

Pepanpi ha decidido dar una vuelta de tuerca al concepto, creando los alimentos funcionales de segunda generación. Para ello ha creado una metodología que sigue un método científico cuantificado denominado «método PEPANPI». A través de dicho método, se diseñan panes donde se busca la mejor calidad nutricional, manteniendo las características en cuanto a sabor y olor del pan. Todo ello se consigue manteniendo la calidad sanitaria del alimento.

Este producto funcional de segunda generación, a diferencia del convencional, debe cumplir con una serie de premisas:

  • Mejorar la calidad nutricional en todos los aspectos relacionados con la salud donde se ha determinado que la alimentación funcional es efectiva (salud cardiovascular, regulación del peso, prevención del cáncer, etc.).
  • Conseguir un producto de una calidad global que destaque en su calidad nutricional, sensorial, sanitaria y comercial. El producto debe poder ofrecer una calidad nutricional excelente al mismo tiempo que mantiene la calidad sensorial. Todo ello debe realizarse bajo una oferta comercial competitiva y la mejor calidad sanitaria.
  •  El alimento debe crearse bajo una metodología científica estricta, normalizado y cuantificado.
  • El producto está en continua mejora e investigación, controlado mediante análisis para verificar que ese producto ofrece realmente lo que dice su etiquetado.

El Pan Funcional y su futuro próximo

En 2015, se comercializó el primer producto funcional de segunda generación, un pan enriquecido que lleva el nombre de «pan de Torrelavega». El que podría considerarse como prueba piloto de este proyecto de I+D fue elaborado por la panadería La Asunción, lugar donde se diseñó el pan y realizaron las pruebas sensoriales hasta conseguir la masa madre apropiada. Tras varias etapas de análisis y controles, el pan lo señalan sus propios creadores como el pan perfecto, habiendo conseguido distinguirse positivamente en las 4 calidades: nutricional, sensorial, sanitaria y comercial.

El proyecto ha tenido una primera fase, de 2015 hasta 2019, en la que se ha continuado mejorando el producto. Ha sido  avalado por los estudios científicos de sus nutrientes y análisis nutricionales. Ahora los creadores del proyecto se preparan para dar a conocer este producto a nivel nacional e internacional. Países como México y Etiopía han mostrado su interés por el pan funcional elaborado con este método.

El pan funcional de 2ª generación elaborado a partir del método PEPANPI es un gran proyecto que destaca por la innovación tecnológica además de por la investigación y desarrollo y uno de los mejores ejemplos de aplicación de las tecnologías en las empresas.